Incluye la comprensión de las emociones de los demás, la capacidad para percibir con precisión las emociones y perspectivas de los demás y de implicarse empáticamente en sus vivencias emocionales; incluye el servirse de las claves situacionales y expresivas (comunicación verbal y no verbal) que tienen cierto grado de consenso cultural para el significado emocional.
La educación emocional facilita actitudes positivas ante la vida, que permiten el desarrollo de habilidades sociales, estimulan la empatía y favorecen actitudes para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones. La intención es promover el bienestar social.
Relaciona T involucra la capacidad para mantener buenas relaciones con otras personas. Esto implica habilidades sociales, capacidad para la comunicación efectiva, respeto, actitudes pro sociales, asertividad.
Conciencia Social
Se llama conciencia social a la carga, el compromiso o la obligación que asumen los miembros de una sociedad (ya sea como individuo o como miembro de algún grupo). Este compromiso implica la consideración del impacto positivo o negativo de las decisiones que se toman y de las acciones que se llevan a cabo. El adolescente va dejando atrás el acatamiento pasivo de las normas sociales y cada vez las cuestiona más y es más crítico con todo aquello que antes ni se había planteado.
Las competencias socioemocionales que se incluyen dentro de la conciencia social, hacen referencia a la empatía, la escucha activa y la toma de perspectiva.
Relación con los demás
Las relaciones con los demás requieren la capacidad para autorregularnos emocionalmente ante las otras personas con las cuales convivimos día a día, y solucionar conflictos interpersonales. Se trata de un conjunto de competencias emocionales que integran la esfera de regulación social de las emociones. Incluye la capacidad de establecer comunicación con los demás, saber escuchar con exactitud y conocer el momento para dar nuestra opinión, animar a los otros para que expresen sus preocupaciones a través de la autoconfianza y apoyo, ser honestos con ellos aunque eso pueda herir sus sentimientos, utilizar la crítica constructiva, llegar a acuerdos o consensos, defender con decisión nuestras propias ideas y opiniones respetando en todo momento las del resto del grupo, cooperar en las metas grupales y, por supuesto, plantear soluciones a los conflictos sin que ninguna de las partes se sienta perjudicada (Extremera y Fernández, 2002).
La relación con los demás implica la habilidad para comprender que el estado emocional interno no necesita corresponder con la expresión externa. Esto se refiere tanto en uno mismo como en los demás. Supone la comprensión del impacto que la propia expresión emocional y el propio comportamiento puedan tener en otras personas.