Es la capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás, incluyendo la habilidad para captar el clima emocional de un contexto determinado.
Conoce T es la capacidad para tomar consciencia de las propias emociones para percibir, identificar y etiquetar con precisión los propios sentimientos, emociones y sensaciones. Contempla la posibilidad de experimentar emociones múltiples y de reconocer la incapacidad de los propios sentimientos debido a la inatención selectiva o dinámicas inconscientes. Cuando la persona ha desarrollado la habilidad de Conoce T, tiene la capacidad de autopercepción, autoeficacia y dar nombre a las emociones, empleando un vocabulario emocional adecuado y las expresiones disponibles en el contexto cultural (Bisquerra, 2003).
Conoce T se consigue a través de la observación del propio pensamiento, así como el de las personas que nos rodean; ello supone saber distinguir entre pensamientos, acciones y emociones, comprender las causas y consecuencias últimas y evaluar su intensidad, reconocer y utilizar su lenguaje, tanto en comunicación verbal como no verbal.
A u t o c o n c i e n c i a
Al hablar de Conoce T, nos referimos a la conciencia emocional, es decir, a la capacidad de reconocer las propias emociones y las emociones de los demás, siendo capaces de diferenciar pensamientos, emociones, sentimientos y conductas.
Para trabajar con la conciencia emocional algunas preguntas que nos pueden ayudar son: ¿cómo me siento?, ¿por qué me siento así?, ¿cómo estoy manifestando lo que estoy sintiendo?, ¿esta emoción me ayuda en la situación y momento actual? y ¿qué puedo hacer para cambiarla y sentirme mejor?
La autoconciencia se conforma de la habilidad de autopercepción, autoeficacia y reconocimiento de las emociones.
A u t o r r e g u l a c i ó n
La autorregulación es definida como la capacidad de las personas para modificar su conducta en virtud de las demandas de situaciones específicas (Kopp, 1989; Ato, Gonzáles y Carranza, 2004). Para Barkley (1990, citado por Servera, 2005), la autorregulación se define como “cualquier respuesta o cadena de respuestas del individuo, que alteran la probabilidad de que ocurra una respuesta que normalmente sigue a un evento y que altera a largo plazo la probabilidad de sus consecuencias asociadas”.
Cabe destacar que en la autorregulación la conducta se centra más en la persona que en el evento, la persona que atraviesa por la etapa de juventud, se caracteriza por la búsqueda de la autoafirmación personal e independencia, además de las responsabilidades que tiene en el ámbito escolar, de ahí que la autorregulación emocional le permita tener la capacidad de dirigir y manejar las emociones en forma eficaz, dando lugar al equilibrio emocional y evitando
D e t e r m i n a c i ó n ( m o t i v a ci ó n )
La motivación está íntimamente relacionada con la emoción. El término motivación provienen de la raíz latina moveré (mover); y el de emoción (de ex-movere, mover hacia fuera). La puerta de la motivación hay que buscarla a través de la emoción. A través de esta vía se puede llegar a la automotivación, que se sitúa en el extremo opuesto del aburrimiento, y que abre un camino hacia la actividad productiva por propia voluntad y autonomía personal. Éste es uno de los retos de futuro de la educación.
El “motivo” es un término que identifica necesidades, cogniciones y emociones (cada una de las cuales es un proceso interno que energiza y dirige la conducta). La diferencia entre un motivo y una necesidad, o entre la cognición o emoción radica en el nivel de análisis.
Las necesidades son cogniciones dentro del individuo que resultan esenciales y necesarias para la preservación de la vida y la nutrición del crecimiento y el bienestar. Las necesidades sirven al organismo al generar afectos, deseos e impulsos de lucha que motivan a cualquier conducta necesaria para preservar la vida y fomentar el bienestar y crecimiento.
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